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#Opinión||Día sin carro, día con hambre en Montería


La defenza del medio ambiente en Montería, no es una simple acción simbólica o modismo de copia y pega de "día sin carro" es un  asunto complejo que requiere fundamentalmente voluntad política y determinacion para adelantar verdaderas acciones e intervenciones de control ambiental y sanitario que impacten en la preservación del territorio, de la fauna, de la flora, del aire, del agua y por supuesto de la vida humana! 

Asimilar las soluciones del problema ambiental de Montería, con las acciones establecidas en las grandes urbes de Colombia y el Mundo es muy irresponsable desde todo punto de vista, pues además de que los problemas ambientales son distintos, también hay que distinguir la diferencia en   las condiciones socio económicas, ambientales, de infraestructura víal, de transporte público y movilidad presentes en la región. 

Ahora frente a los diferentes problemas ambientales presentes en lo local y las acciones establecidas para su control, tenemos que ser sinceros y advertir, que aún en este "gobierno de la gente" son pocos los avances que se tienen en la intervención de los mismos. 

En primer lugar, sigue  la permisidad con los mercaderes y finqueros en el tema de expansión urbana sobre el distrito de riego de Mocarí, a pesar de existir una sentencia que habilita a las autoridades  para intervenir en contra de los que se han apoderado de los humedales. En segundo lugar, hay una poca o nula intervención con la deforestación a gran escala, convirtiendo hoy por hoy a los bosques, en grandes extensiones de potreros; y en tercer lugar y quizás el más grave problema ambiental, es la falta de control sobre la contaminación ambiental y sanitaria generada por el vertimiento de lixiviados, del relleno sanitario "loma grande" al cuerpo de agua que nace en la ciudad, pasa por San Carlos, Ciénaga de Oro y termina en el complejo cenagoso del bajo Sinú. 

Así las cosas, aplicar una medida simbólica de preservación de medio ambiente confrontadas con  la permisidad y la falta de control descritas anteriormente, resultan ser inocuas y con un alto costo e impacto en lo social, pues tenemos que  tener en cuenta  que además de la no existencia de una adecuada  maya vial, tampoco hay un eficiente servicio colectivo público de transporte, las pocas rutas sólo logran cubrir el 30% de la zona urbana quedando un 70% sometido a las altas tarifas de un servicio de taxi. A todo esto se le suma que en Montería la informalidad llega al 70%, lo que significa que en ese mismo porcentaje un día como hoy la gente no tendrá en qué desarrollarse para generar los ingresos del día a día que le permitan a ese gran número de población alimentarse. 

Por último es muy importante entender también, que además del apretón originado por  la pandemia, hoy son  miles los hogares, pequeños comerciantes, independientes e informales los que también luchan contra los altos costos de servicios públicos y de los alimentos, llevándolos al extremo de sólo llevar a la mesa una sola comida al día. 

En este sentido la invitacion a las autoridades y a la sociedad en general es a la reflexión sobre la aplicación efectiva, coherente y sensata de acciones de control e intervención frente a su posterior y real impacto ambiental, sanitario, económico y social. 
#laopinióndechucho 

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